Desde hace ya algún tiempo me había propuesto escribir esto, pero mis ideas no estaban aún muy claras y puede que todavía no lo estén, pero debido a las cirunstancias ha llegado el momento de enfrentarme a esto.
Muchas veces hemos querido pretender que nuestra sociedad actual es tolerante e incluyente; que la discriminación racial, de género, sexual y étnica son cosa del pasado y que ésta sólo perdura en sociedades aisladas o retrógradas. Sin embargo en esta pretensión no hacemos más que engañarnos. ¿Acaso no es cierto que al pensar en las etnias indígenas las pensamos como algo ajeno, separado a nosotros? Este tema por si sólo da mucho de qué hablar, de qué debatir, pero casi nunca el indígena tendrá voz en los debates para dar a conocer su verdadero sentir. Éste es sólo un ejemplo de muchos en cuanto a la discriminación étnica, pero éste no es el tema que en este ensayo me concierne; sino la discriminación actual hacia la mujer.
Hoy en día, a mi forma de ver, la discriminación a la mujer es la que más se considera como ya superada y muchas veces los movimientos feministas se toman por innecesarios, exagerados y como un afán de la mujer de ser superior al hombre. Debido a que "la igualdad de género ya se alcanzó". Sin embargo al enfrentarme a un ambiente mayoritariamente masculino es evidente que la visión de la mujer que la mayoría de los hombres ( no todos) tienen sigue siendo el de un objeto.
Para esta mayoría a la que me voy a referir una mujer no tiene la capacidad intelectual que un hombre puede tener y se sienten superiores por naturaleza. Muchas veces he escuchado la frase "es mujer, por lo tanto es inferior" y ante esa frase la única salida es a largo plazo y es el trabajo, sólo así una puede demostrar su plena capacidad, ya que defenderse de inmediato y reaccionar sólo ocasiona una cierta burla, pero el callar hace parecer que una comparte aquella opinión.
Se puede resaltar que comentarios de este tipo se dan en clases universitarias, en donde el ambiente supone ser el más abierto y racional que puede encontrarse en la sociedad, debido al nivel de educación que se tiene. Sin embargo parece ser que la discriminación hacia la mujer yace más allá del grado de educación que se tiene y del estrato social del que se es, podríamos decir que la discriminación a la mujer está latente en nuestra cultura y sociedad en general.
Alejándonos un poco del mundo universitario y adentrándonos en el internet hemos llegado al lugar donde el machismo resurge con todas sus fuerzas; el lugar donde abiertamente las mujeres son vistas como un objeto sexual; el lugar donde se exhiben los estereotipos de género como verdades absolutas; el lugar donde se busca regresar a roles de género ya obsoletos y todo esto justificado por ser humorístico y bajo una capa de anonimato. ¿Cuántas veces no nos hemos encontrado con imágenes en las que a la mujer se le da valor únicamente por el tamaño de sus senos? ¿O comentarios en los que se dice que la mujer pertenece a la cocina? ¿Acaso esto no es el machismo de siempre expresado por otra vía?
Lo bueno que ya existe igualdad de género y los movimientos feministas no tienen ya nada por que luchar...
Claro, que hay porque luchar. Aunque mucho se ha logrado con los movimientos feministas como el derecho a votar, a recibir la misma educación que los hombres, la posibilidad de escoger cada una su propio destino; aún somos vistas como objetos y no como iguales y esto es lo que tiene que cambiar.